La función de Compliance en las empresas surgió en el siglo pasado, en EE. UU en los años 70., como respuesta las exigencias legales y regulatorias establecidas como consecuencia de la incapacidad de las empresas para autorregularse y evitar malas prácticas, evidenciada a través de sonados escándalos corporativos.

En España cobró importancia a través de las reformas introducidas en nuestro Código Penal por las Leyes Orgánicas 5/2010 de 22 de junio y 1/2015 de 30 de marzo. Gracias a ellas, se reconoce la responsabilidad penal de las personas jurídicas, ya que antes de esta fecha no podían ser imputadas por la comisión de un lícito penal. A partir de entonces, las personas jurídicas pueden ser imputadas y declaradas culpables ante la comisión de un ilícito penal cometido por sus administradores, directivos e incluso por los empleados sometidos a la autoridad de los primeros.

Actualmente, con la entrada en vigor en mayo de 2021 de la nueva UNE-ISO 37.301, sobre Sistemas de Gestión de Compliance, las empresas que cumplan los requisitos que la norma establece para los Sistemas de Gestión de Compliance Penal, pueden solicitar la certificación ante terceros. Esta certificación es de gran utilidad a la hora de demostrar que la empresa ha implantado un SGCP actualizado y eficaz, permitiendo mostrar a la sociedad que dentro de la compañía se cumplen los mas altos estándares nacionales e internacionales en la materia.